Una sola vez María sintió esas risas desde el fondo de la panza que se le contagian al otro y cuando lo mirás a los ojos se te vuelven a contagiar, y después se convierten en sonrisa, y los dos se ríen de nuevo y así hasta el infinito. Y por sólo 5 minutos.
Pero hay algunos que nunca.
Tamara
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