miércoles, 16 de julio de 2014

La hora mágica

Era la llamada hora mágica en toda la intrépida ciudad de buenos aires. A veces ella se preguntaba donde había adquirido frases tan vulgares y hechas como “hora mágica” probablemente se lo había dicho alguna vez su madre que lo había leído en algún libro espiritual. Lo cierto es que la “hora mágica” era una posición especial del cielo cuando el sol caía iluminando con los últimos rayos los bordes de los rascacielos y edificios. Los tacheros clamaban” esta cayendo la tarde”. Las madres volvían con los chicos del colegió y se decían “hay que apurarnos que cae el sol” esta frase era todavía más apocalíptica. Lo cierto es que en muchas tradiciones las siete de la tarde representaba una hora mágica de transición entre el mundo de los vivos y el mundo de los muertos, hora de rituales donde las brujas se preparaban para la reunión. (Si yo también me imagino un montón de señoras narigonas y con sombrero y alguna que otra verruga poniéndose maquillaje y rubor en las mejillas).
Las siete de la tarde era, una hora taciturna, también plagada de melancolía. El sol se hundía mostrando las miserias de la noche. Los buenos corrían a esconderse y las inmediaciones de congreso comenzaban a llenarse de algunos parias temidos por señoras conchetas que solo buscan, como todos nosotros, un mango salvador. Los locales iban cerrando sus puertas,  los trajes corrían por avenida florida y miles de empresarios volvían a sus casas en autos. Las colas de los colectivos se atestaban de gente, los cuerpos se empujaban y en el subte algunos cuerpos quedaban pegados tristemente contra el vidrio en pos de volver a casa en ese último viaje.

Pensando que les deparará el mañana, cuando alineen sus relojes que sonaran en exactamente doce horas y los devolverán a un mundo de presiones, zambullidas en papeles y horarios escuetosy la poca magia que tiene este mundo quedará perdida entre la luz artificial de los techos y el gris envolvedor de las oficinas.
               
                                                                                                                                                                                                                   Sofía

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