miércoles, 23 de julio de 2014

Ella, el universo y el recuerdo

“Nada nos deja más en soledad que la alegría si se va” escuchaba ella desde un balcón lejano de caballito. Cerca de allí una bocina anunciaba el robo de algún auto, las calles se llenaban de gente anunciando la hora del mediodía. Una ráfaga de viento le beso la mejilla. Comprendió que nada importaba más que este aquí y ahora, estos minúsculos rayos de sol iluminando su cara, el viento levantando sutilmente su pañuelo. Los niños riendo en el balcón de enfrente y una melodía de Serrano ahora sonando a lo lejos.
¿Hay algo mejor que sentir la piel erizándose salvándonos del naufragio de pensamientos? Estaba contenta, no estaba sola, el  universo estaba con ella. De repente lo vio, fue un segundo…paso volando en bicicleta trayendo con ello todo el sabor del pasado, de ese pasado del primer amor. Se sintió abandonada a un frío ancestral que le recordaba la plaza donde se habían citado por primera vez. Él tocando de a poco su panza, besándole por primera vez los labios.
El invierno, lento, agujereándole el alma se posó sobre su sonrisa borrando por un momento todo rastro de alegría. Nuevamente no estaba sola, eran ella, el universo y el recuerdo.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                             Sofía.

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