Había algo en ese monoambiente que no había en otro
lugar de la ciudad. No sabía si por el balcón, porque la pava estaba siempre a
punto para el mate, por la sonrisa transparente o el doble colchón sobre el
piso. Cuando llegaba a poder comprarse alguna cama, siempre aparecía algo más
interesante y menos útil que comprar, porque ya se había acostumbrado, o porque
eso de tener pocos muebles se ajustaba bien a su personalidad. Él le contó que
estaba escribiendo algo nuevo, algo sobre un pibe de más de 25 que la estaba
pasando bastante mal hasta que conocía a una chica de menos de 25 que le
gustaba sacar fotos con cámara analógica. Ella le contó que había estado en
rodaje hace unos días y que su pareja actual le reclamaba muchas cosas. Él le
contó que hace dos meses no salía con nadie porque la última le había durado
dos meses y 50 escenas de celos. Ella le dijo que extrañaba pisar descalza el
parqué. Él le dijo que extrañaba acompañarla a sacar fotos a los edificios de
Buenos Aires.
Rocío
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