—Cada vez que hablás de ella, hablás diferente— me dice casi sin quererlo.
—Fueron muchos años—contesto.
Después apoyo el vaso
de whiskey caliente sobre la mesa del jardín de invierno y me pierdo en el horizonte que me regala la
ventana —de horizontes siempre enmarcados—. En el edificio del frente, una chica de ojos tristes me devuelve la
mirada, y desde alguna habitación oculta y lejana, alcanza a ver toda mi vida
[desde el otro
lado].
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